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Escogí para mi proyecto el nombre “La Semilla del Ser” porque tengo la profunda convicción de que cada ser llega al mundo con su propia semilla; en ella se encuentra toda la información, dones, talentos, y herramientas que esa persona necesita para auto-realizarse
y llegar a SER lo que vino a SER.
 

La auto-realización pero solo es una parte del proceso, porque cada uno de nosotros vino también a entregarse y a sembrar sus propias semillas, vino a entregar al mundo, a la Tierra y a la futura humanidad su propia esencia divina.


Ahora, en un entorno libre, amoroso, respetuoso y consciente esa semilla florece y se manifiesta naturalmente y sin resistencias. Se trata de un proceso orgánico, desde dentro hacia fuera. Sin embargo la gran mayoría de nosotros y de nuestras generaciones pasadas no han tenido este tipo de entorno y no ha podido disfrutar de este desarrollo natural. Hemos vivido más bien un proceso opuesto, de afuera hacia dentro, en el cual nos han inculcado, implantado y transmitido, desde que nacimos, patrones, normas y creencias (culturales, familiares, sociales, religiosos, etc.) que nos han alejado de nuestra verdadera naturaleza y que nos han generado enormes conflictos interiores con los que batallamos todos los días.

Nos han enseñado a competir en lugar que colaborar y co-existir, porque nos han hecho creer que estamos separados y circundados de escasez.


Nos han llevado a creer que “el tener” vale más que “el Ser”.

Nos han empujado a transformarnos en algo que no somos y a negar no solamente quienes somos, sino también lo que sentimos, sobre todo si lo que sentimos duele o nos resulta desagradable.

Nos han llevado a privarnos de nuestra propia identidad, a asumir varias máscaras y a conformarnos con determinados estándares, haciéndonos creer que, solo así, ganaríamos el “derecho” de pertenecer a la tribu y no nos sentiríamos, excluidos, rechazados, solos.

Esta cultura de la manipulación y la inconsciencia ha generado personas frustradas, insatisfechas con su propia existencia, despojadas de su propio poder, y que experimentan a menudo un profundo vació existencial.

¡¿Y cómo podría ser de otra manera?!

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Hay que romper los antiguos esquemas y paradigmas que han resistido hasta hoy y que han generado una humanidad empobrecida y enferma para ceder el paso a un nuevo paradigma y modelo basado en el amor, la libertad, el respeto, la presencia, y centrado en “SER”.


¡Y en esto estamos! Creo que todos lo que hemos nacido en lo viejo y, en algún momento, hemos despertado y hemos empezado a caminar en lo nuevo, somos puentes; creo que vinimos para preparar el terreno para la nueva humanidad, vinimos, cada uno en lo suyo, a romper esos esquemas y patrones obsoletos que ya no están alineados con la alta frecuencia y vibración  del planeta.

Mi misión es ser un puente entre lo viejo y lo nuevo; acompañarte ahora que estás experimentando tu proceso de despertar de consciencia y deseas transitar este camino del cambio; ayudarte a que re-descubras tu propia semilla y poder interior para que, desde un empoderamiento consciente, tomes las riendas de tu propia vida y alcances la paz, la salud y el bienestar.
 

¿Quieres cruzar el puente conmigo?

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